PUBLICADO POR LA VOZ ON LINE 26/9/10
Un padre habría mandado a varios amigos a que roben a su hija de la casa de la madre y tras un confuso episodio, mataron a la nueva pareja de la mujer.
Un hombre de 35 años murió anoche en un confuso hecho de violencia que se habría desatado por la tenencia de un bebé.
Al parecer una adolescente de 12 años se encontraba cuidando a su hermana de 9 meses en una casa de barrio Yapeyú, cuando llegaron 4 hombres, aparentemente amigos del padre, a pedir llevarse al bebé.
Para impedir que se la robaran intercedió una vecina de 16 años, quien logró sustraer a la niña al tiempo que llegó la mamá con su nueva pareja y se produjo una fuerte discusión por la que terminó herido de muerte el padrastro de la beba.
El hombre, identificado como Cristian Céliz de 35 años, fue trasladado hacia el Hospital Córdoba, pero murió tiempo después a causa de una bala que le impactó en la cabeza.
Por el hecho lograron detener a uno de los cuatro sujetos involucrados, quien fue identificado como Maximiliano Cuevas de 18 años.
Se investiga la relación que la mujer tenía con su ex pareja (padre de la bebé) quien aparentemente no podía ver a su hija por hechos de violencia y por esa misma razón mandó a sustraerla.
el abrazo del dolor
domingo, 26 de septiembre de 2010
OTRO CASO DE VIOLENCIA FAMILIAR. MUJER HERIDA. HIJO EN GRAVE ESTADO
PUBLICADO POR LA vOZ ON lINE 26/9/10
Un nene de un año se encuentra grave, tras in incendio que habría provocado su padre en barrio San Vicente.
El hecho ocurrió en la Calle Ramón Ocampo y Argandoña a la una de la mañana, cuando se produjo una discusión familiar entre un matrimonio, tras lo cual el padre de familia hirió a su mujer y luego prendió fuego su casa.
En el hogar estaba la madre y tres hijos de 1, 2 y 7 años, quienes fueron asistidos por Bomberos y trasladados hacia el hospital de Niños con principio de asfixia.
El menor de los niños está en estado reservado en la terapia intensiva del hospital y el padre, Daniel Mercado de 37 años, está detenido acusado del hecho.
Un nene de un año se encuentra grave, tras in incendio que habría provocado su padre en barrio San Vicente.
El hecho ocurrió en la Calle Ramón Ocampo y Argandoña a la una de la mañana, cuando se produjo una discusión familiar entre un matrimonio, tras lo cual el padre de familia hirió a su mujer y luego prendió fuego su casa.
En el hogar estaba la madre y tres hijos de 1, 2 y 7 años, quienes fueron asistidos por Bomberos y trasladados hacia el hospital de Niños con principio de asfixia.
El menor de los niños está en estado reservado en la terapia intensiva del hospital y el padre, Daniel Mercado de 37 años, está detenido acusado del hecho.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
MUERTA POR UN SUPUESTO AMIGO QUE LA HIZO PASAR POR DEPRIMIDA. LA JUSTICIA CREYO MAS EN EL SUICIDIO QUE EN LAS PISTAS DE LOS INVESTIGADORES. BUENA NOTA DEL PERIODISTA DANTE LEGUIZAMON DEL DIARIO DIA A DIA
14 DE JULIO DEL 2010..CRUZ ALTA..CORDOBA... La escena descripta por los testigos permitía conjeturar que se trataba de un suicidio y así lo consideró también el primer fiscal del caso, Carlos Viramonte, quien ordenó tratar el caso como una “muerte de etiología dudosa”.
Aquella mañana, junto a la gruta de la Virgencita, a orillas del río Carcarañá, estaba el cuerpo sin vida de Memeca, una mujer de 69 años muy conocida de la zona. La señora (su nombre real era Eugenia Teresa Piveta) tenía un disparo en la cabeza. A los pocos metros estaba su bicicleta, un saco, una cartera, una pistola y (el primer dato confuso) dos vainas servidas.
Todavía no habían terminado de tomar las fotos en la escena del crimen, cuando empezaron a llegar los curiosos. Uno de ellos se presentó com un “amigo de Memeca”, un hombre de 44 años llamado Fabián Alberto Corino. Esa persona fue la que contó: “Memeca estaba deprimida”.
Aunque el fiscal del caso insistía en tratar el hecho como “muerte dudosa”, a los policías de la Departamental les pareció que la cosa estaba bastante menos clara. Por eso siguieron preguntando. Una de las cosas que llamaba la atención era que el cuerpo tenía a la altura de la cintura, debajo del pantalón, un cinto de cuero muy ajustado al cuerpo.
Las esperanzas de los que estaban en contra de la teoría del suicidio estaban puestas en la autopsia, pero cuando se conocieron los resultados, el perito confirmó que era un suicidio.
Para los policías que habían visto el cadáver ese informe era absurdo y así se lo plantearon a sus jefes: “Si se quería suicidar porqué en lugar de ponerse la pistola en la sien, optó por apoyarla detrás de la oreja”, pero en la Justicia no les prestaban demasiada atención.
Había vendido todo. Así fue que, a regañadientes, el fiscal Viramonte aceptó que los efectivos siguieran indagando. Entonces, los policías llegaron a un dato importante. En los últimos tiempos, Memeca había hecho dos operaciones comerciales.
Había acordado dos boletos de compra venta de las únicas dos propiedades que tenía con una sola persona como beneficiario: su “amigo” Fabián Alberto Corino, el que había dicho que ella estaba deprimida.
Otro dato fuerte surgió más tarde: el amigo de Memeca estaba cerca de concretar la venta de una de las propiedades de Memeca a una tercera persona.
Hubo todavía más. La Policía encontró manchas “extrañas” en la camioneta de Corino y le pidió al fiscal que la secuestrara. El vehículo (que el hombre había llevado a lavar a un comercio especializado apenas horas después del hallazgo del cadáver) fue sometido a pericias y resultó que las manchas eran de sangre.
Resulta increíble, pero pese a eso el fiscal Viramonte ordenó que la camioneta (que podría haber contenido una prueba clave) fuera repuesta a su dueño. Al parecer, las pruebas no terminaban de convencerlo.
La captura. Finalmente la investigación que estaba estancada tomó fuerzas en las últimas horas gracias a una serie de eventos que podrían ser llamados “afortunados”.
Primero llegó a Cruz Alta un investigador de la Policía Judicial con una larga trayectoria en la División Homicidios. Ese detective coincidió con la hipótesis de los policías y se las planteó a la Justicia. Dio la casualidad de que cuando esto ocurrió, quien estaba a cargo de la fiscalía no era Viramonte, quien pidió licencia por unos días, sino otro fiscal: Gustavo Zuchiatti, de los Tribunales de Marcos Juárez.
Precisamente Zuchiatti fue quien ordenó la captura de Corino. Lo hizo después que surgieran los testimonios de vecinos de Corinto que escucharon tiros en la casa del “amigo de Memeca” en la mañana previa al hallazgo del cuerpo de la mujer. De hecho, los investigadores creen que ese cinturón que tenía la mujer rodeando su cuerpo puede haber sido utilizado para trasladar el cadáver hasta la camioneta.
La imputación contra Fabián Alberto Corino es de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. El hombre tiene antecedentes y una condena previa como pirata del asfalto.
. La escena descripta por los testigos permitía conjeturar que se trataba de un suicidio y así lo consideró también el primer fiscal del caso, Carlos Viramonte, quien ordenó tratar el caso como una “muerte de etiología dudosa”.
Aquella mañana, junto a la gruta de la Virgencita, a orillas del río Carcarañá, estaba el cuerpo sin vida de Memeca, una mujer de 69 años muy conocida de la zona. La señora (su nombre real era Eugenia Teresa Piveta) tenía un disparo en la cabeza. A los pocos metros estaba su bicicleta, un saco, una cartera, una pistola y (el primer dato confuso) dos vainas servidas.
Todavía no habían terminado de tomar las fotos en la escena del crimen, cuando empezaron a llegar los curiosos. Uno de ellos se presentó com un “amigo de Memeca”, un hombre de 44 años llamado Fabián Alberto Corino. Esa persona fue la que contó: “Memeca estaba deprimida”.
Aunque el fiscal del caso insistía en tratar el hecho como “muerte dudosa”, a los policías de la Departamental les pareció que la cosa estaba bastante menos clara. Por eso siguieron preguntando. Una de las cosas que llamaba la atención era que el cuerpo tenía a la altura de la cintura, debajo del pantalón, un cinto de cuero muy ajustado al cuerpo.
Las esperanzas de los que estaban en contra de la teoría del suicidio estaban puestas en la autopsia, pero cuando se conocieron los resultados, el perito confirmó que era un suicidio.
Para los policías que habían visto el cadáver ese informe era absurdo y así se lo plantearon a sus jefes: “Si se quería suicidar porqué en lugar de ponerse la pistola en la sien, optó por apoyarla detrás de la oreja”, pero en la Justicia no les prestaban demasiada atención.
Había vendido todo. Así fue que, a regañadientes, el fiscal Viramonte aceptó que los efectivos siguieran indagando. Entonces, los policías llegaron a un dato importante. En los últimos tiempos, Memeca había hecho dos operaciones comerciales.
Había acordado dos boletos de compra venta de las únicas dos propiedades que tenía con una sola persona como beneficiario: su “amigo” Fabián Alberto Corino, el que había dicho que ella estaba deprimida.
Otro dato fuerte surgió más tarde: el amigo de Memeca estaba cerca de concretar la venta de una de las propiedades de Memeca a una tercera persona.
Hubo todavía más. La Policía encontró manchas “extrañas” en la camioneta de Corino y le pidió al fiscal que la secuestrara. El vehículo (que el hombre había llevado a lavar a un comercio especializado apenas horas después del hallazgo del cadáver) fue sometido a pericias y resultó que las manchas eran de sangre.
Resulta increíble, pero pese a eso el fiscal Viramonte ordenó que la camioneta (que podría haber contenido una prueba clave) fuera repuesta a su dueño. Al parecer, las pruebas no terminaban de convencerlo.
La captura. Finalmente la investigación que estaba estancada tomó fuerzas en las últimas horas gracias a una serie de eventos que podrían ser llamados “afortunados”.
Primero llegó a Cruz Alta un investigador de la Policía Judicial con una larga trayectoria en la División Homicidios. Ese detective coincidió con la hipótesis de los policías y se las planteó a la Justicia. Dio la casualidad de que cuando esto ocurrió, quien estaba a cargo de la fiscalía no era Viramonte, quien pidió licencia por unos días, sino otro fiscal: Gustavo Zuchiatti, de los Tribunales de Marcos Juárez.
Precisamente Zuchiatti fue quien ordenó la captura de Corino. Lo hizo después que surgieran los testimonios de vecinos de Corinto que escucharon tiros en la casa del “amigo de Memeca” en la mañana previa al hallazgo del cuerpo de la mujer. De hecho, los investigadores creen que ese cinturón que tenía la mujer rodeando su cuerpo puede haber sido utilizado para trasladar el cadáver hasta la camioneta.
La imputación contra Fabián Alberto Corino es de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. El hombre tiene antecedentes y una condena previa como pirata del asfalto.
Aquella mañana, junto a la gruta de la Virgencita, a orillas del río Carcarañá, estaba el cuerpo sin vida de Memeca, una mujer de 69 años muy conocida de la zona. La señora (su nombre real era Eugenia Teresa Piveta) tenía un disparo en la cabeza. A los pocos metros estaba su bicicleta, un saco, una cartera, una pistola y (el primer dato confuso) dos vainas servidas.
Todavía no habían terminado de tomar las fotos en la escena del crimen, cuando empezaron a llegar los curiosos. Uno de ellos se presentó com un “amigo de Memeca”, un hombre de 44 años llamado Fabián Alberto Corino. Esa persona fue la que contó: “Memeca estaba deprimida”.
Aunque el fiscal del caso insistía en tratar el hecho como “muerte dudosa”, a los policías de la Departamental les pareció que la cosa estaba bastante menos clara. Por eso siguieron preguntando. Una de las cosas que llamaba la atención era que el cuerpo tenía a la altura de la cintura, debajo del pantalón, un cinto de cuero muy ajustado al cuerpo.
Las esperanzas de los que estaban en contra de la teoría del suicidio estaban puestas en la autopsia, pero cuando se conocieron los resultados, el perito confirmó que era un suicidio.
Para los policías que habían visto el cadáver ese informe era absurdo y así se lo plantearon a sus jefes: “Si se quería suicidar porqué en lugar de ponerse la pistola en la sien, optó por apoyarla detrás de la oreja”, pero en la Justicia no les prestaban demasiada atención.
Había vendido todo. Así fue que, a regañadientes, el fiscal Viramonte aceptó que los efectivos siguieran indagando. Entonces, los policías llegaron a un dato importante. En los últimos tiempos, Memeca había hecho dos operaciones comerciales.
Había acordado dos boletos de compra venta de las únicas dos propiedades que tenía con una sola persona como beneficiario: su “amigo” Fabián Alberto Corino, el que había dicho que ella estaba deprimida.
Otro dato fuerte surgió más tarde: el amigo de Memeca estaba cerca de concretar la venta de una de las propiedades de Memeca a una tercera persona.
Hubo todavía más. La Policía encontró manchas “extrañas” en la camioneta de Corino y le pidió al fiscal que la secuestrara. El vehículo (que el hombre había llevado a lavar a un comercio especializado apenas horas después del hallazgo del cadáver) fue sometido a pericias y resultó que las manchas eran de sangre.
Resulta increíble, pero pese a eso el fiscal Viramonte ordenó que la camioneta (que podría haber contenido una prueba clave) fuera repuesta a su dueño. Al parecer, las pruebas no terminaban de convencerlo.
La captura. Finalmente la investigación que estaba estancada tomó fuerzas en las últimas horas gracias a una serie de eventos que podrían ser llamados “afortunados”.
Primero llegó a Cruz Alta un investigador de la Policía Judicial con una larga trayectoria en la División Homicidios. Ese detective coincidió con la hipótesis de los policías y se las planteó a la Justicia. Dio la casualidad de que cuando esto ocurrió, quien estaba a cargo de la fiscalía no era Viramonte, quien pidió licencia por unos días, sino otro fiscal: Gustavo Zuchiatti, de los Tribunales de Marcos Juárez.
Precisamente Zuchiatti fue quien ordenó la captura de Corino. Lo hizo después que surgieran los testimonios de vecinos de Corinto que escucharon tiros en la casa del “amigo de Memeca” en la mañana previa al hallazgo del cuerpo de la mujer. De hecho, los investigadores creen que ese cinturón que tenía la mujer rodeando su cuerpo puede haber sido utilizado para trasladar el cadáver hasta la camioneta.
La imputación contra Fabián Alberto Corino es de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. El hombre tiene antecedentes y una condena previa como pirata del asfalto.
. La escena descripta por los testigos permitía conjeturar que se trataba de un suicidio y así lo consideró también el primer fiscal del caso, Carlos Viramonte, quien ordenó tratar el caso como una “muerte de etiología dudosa”.
Aquella mañana, junto a la gruta de la Virgencita, a orillas del río Carcarañá, estaba el cuerpo sin vida de Memeca, una mujer de 69 años muy conocida de la zona. La señora (su nombre real era Eugenia Teresa Piveta) tenía un disparo en la cabeza. A los pocos metros estaba su bicicleta, un saco, una cartera, una pistola y (el primer dato confuso) dos vainas servidas.
Todavía no habían terminado de tomar las fotos en la escena del crimen, cuando empezaron a llegar los curiosos. Uno de ellos se presentó com un “amigo de Memeca”, un hombre de 44 años llamado Fabián Alberto Corino. Esa persona fue la que contó: “Memeca estaba deprimida”.
Aunque el fiscal del caso insistía en tratar el hecho como “muerte dudosa”, a los policías de la Departamental les pareció que la cosa estaba bastante menos clara. Por eso siguieron preguntando. Una de las cosas que llamaba la atención era que el cuerpo tenía a la altura de la cintura, debajo del pantalón, un cinto de cuero muy ajustado al cuerpo.
Las esperanzas de los que estaban en contra de la teoría del suicidio estaban puestas en la autopsia, pero cuando se conocieron los resultados, el perito confirmó que era un suicidio.
Para los policías que habían visto el cadáver ese informe era absurdo y así se lo plantearon a sus jefes: “Si se quería suicidar porqué en lugar de ponerse la pistola en la sien, optó por apoyarla detrás de la oreja”, pero en la Justicia no les prestaban demasiada atención.
Había vendido todo. Así fue que, a regañadientes, el fiscal Viramonte aceptó que los efectivos siguieran indagando. Entonces, los policías llegaron a un dato importante. En los últimos tiempos, Memeca había hecho dos operaciones comerciales.
Había acordado dos boletos de compra venta de las únicas dos propiedades que tenía con una sola persona como beneficiario: su “amigo” Fabián Alberto Corino, el que había dicho que ella estaba deprimida.
Otro dato fuerte surgió más tarde: el amigo de Memeca estaba cerca de concretar la venta de una de las propiedades de Memeca a una tercera persona.
Hubo todavía más. La Policía encontró manchas “extrañas” en la camioneta de Corino y le pidió al fiscal que la secuestrara. El vehículo (que el hombre había llevado a lavar a un comercio especializado apenas horas después del hallazgo del cadáver) fue sometido a pericias y resultó que las manchas eran de sangre.
Resulta increíble, pero pese a eso el fiscal Viramonte ordenó que la camioneta (que podría haber contenido una prueba clave) fuera repuesta a su dueño. Al parecer, las pruebas no terminaban de convencerlo.
La captura. Finalmente la investigación que estaba estancada tomó fuerzas en las últimas horas gracias a una serie de eventos que podrían ser llamados “afortunados”.
Primero llegó a Cruz Alta un investigador de la Policía Judicial con una larga trayectoria en la División Homicidios. Ese detective coincidió con la hipótesis de los policías y se las planteó a la Justicia. Dio la casualidad de que cuando esto ocurrió, quien estaba a cargo de la fiscalía no era Viramonte, quien pidió licencia por unos días, sino otro fiscal: Gustavo Zuchiatti, de los Tribunales de Marcos Juárez.
Precisamente Zuchiatti fue quien ordenó la captura de Corino. Lo hizo después que surgieran los testimonios de vecinos de Corinto que escucharon tiros en la casa del “amigo de Memeca” en la mañana previa al hallazgo del cuerpo de la mujer. De hecho, los investigadores creen que ese cinturón que tenía la mujer rodeando su cuerpo puede haber sido utilizado para trasladar el cadáver hasta la camioneta.
La imputación contra Fabián Alberto Corino es de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. El hombre tiene antecedentes y una condena previa como pirata del asfalto.
OTRO FEMICIDIO EN CORDOBA
El cuerpo de una mujer de aproximadamente 50 años fue hallado en la tarde del 7 de setiembre en un departamento del primer piso de Agustín Garzón 3922, en barrio Altamira.
Las primeras informaciones señalan que el cuerpo presentaba varios golpes y magullones, por lo que no se descarta que se trate de un homicidio.
El comisario Leopoldo Grigioni, dio detalles del violento episodio. “Recibimos un llamado telefónico en el que aseguraba que había una persona femenina que se encontraba sin vida. Cuando llegamos constatamos efectivamente el deceso y el cuerpo de la mujer estaba en el interior de la vivienda. Estamos investigando el hecho tratando de develar lo que ha ocurrido”, señaló el funcionario policial.
La víctima fue identificada como Edith Venegas, de 49 años. Por el episodio fue detenido su pareja, un policía en actividad, identificado como Juan Carlos Matos, de 46.
Las primeras informaciones señalan que el cuerpo presentaba varios golpes y magullones, por lo que no se descarta que se trate de un homicidio.
El comisario Leopoldo Grigioni, dio detalles del violento episodio. “Recibimos un llamado telefónico en el que aseguraba que había una persona femenina que se encontraba sin vida. Cuando llegamos constatamos efectivamente el deceso y el cuerpo de la mujer estaba en el interior de la vivienda. Estamos investigando el hecho tratando de develar lo que ha ocurrido”, señaló el funcionario policial.
La víctima fue identificada como Edith Venegas, de 49 años. Por el episodio fue detenido su pareja, un policía en actividad, identificado como Juan Carlos Matos, de 46.
13 MUERTAS POR SU PAREJAS EN CORDOBA Y OTRAS MAS POR HOMBRES CERCANOS
El de Verónica es el 13° caso de 2010, según un relevamiento del Observatorio de Femicidios de la Sociedad Civil Adriana Marisel Zambrano, coordinado por la organización La Casa del Encuentro.
Este observatorio releva los feminicidios, es decir, no sólo los homicidios de mujeres en manos de algún familiar, pareja o ex pareja, sino en general los homicidios de mujeres realizados por personas que se aprovechan de alguna manera de la vulnerabilidad surgida por el género de la víctima.
Así, si se contabilizan los asesinatos bajo este concepto más amplio, se agregarían al menos dos casos más: el de Marisa del Carmen Borbolla (28) de Vicuña Mackenna, que habría sido estrangulada, golpeada y violada por un vecino. También el de Natalia Gaitán, quien estaba de novia y fue baleada por el padrastro de ésta.
SIGUEN..Y SIGUEN...
PUBLICADO POR LA VOZ DEL INTERIOR
la Policía encontró este mediodía el cuerpo de Fernando Luis Olmedo (38), el ex marido de la mujer que fue asesinada ayer en Alta Gracia, ubicada a unos 40 kilómetros al suroeste de la capital provincial.
El comisario inspector Freddy Barrera, jefe de la departamental Santa María, informó a La Voz que si bien falta todavía el análisis de sangre, se descarta que el cadáver hallado es de Olmedo, ya que coinciden “en un 90 por ciento las características y la vestimenta detallada para su búsqueda”.
El hombre fue imputado ayer por “homicidio calificado” y tenía pedido de captura por la muerte de su ex mujer, Verónica Janet Pressón (34), quien fue encontrada ahorcada en su vivienda de barrio Tiro Federal .
“Olmedo fue encontrado colgado de un árbol en una zona descampada, a donde es muy difícil llegar. Fue hallado en un sector rural, cercano a La Paisanita”, agregó Barrera.
Causas. El comisario precisó que el hombre tenía “manchas de sangre en su ropa, por lo que se debe determinar ahora si se trata de la sangre” de su ex mujer.
Una de las hipótesis principales que manejan los investigadores, es que Olmedo se habría ahorcado luego de asesinar a Verónica.
La búsqueda del sujeto comenzó ayer, apenas conocido el crimen de la mujer. "El domingo Olmedo envío mensajes a sus amigos y por el contenido de los mismos se puede presumir que algo pensaba", agregó Barrera.
Se estima que el crimen habría sido originado por celos, ya que Pressón había iniciado una nueva relación amorosa con otro hombre. Fue su actual pareja quien la encontró sin vida.
la Policía encontró este mediodía el cuerpo de Fernando Luis Olmedo (38), el ex marido de la mujer que fue asesinada ayer en Alta Gracia, ubicada a unos 40 kilómetros al suroeste de la capital provincial.
El comisario inspector Freddy Barrera, jefe de la departamental Santa María, informó a La Voz que si bien falta todavía el análisis de sangre, se descarta que el cadáver hallado es de Olmedo, ya que coinciden “en un 90 por ciento las características y la vestimenta detallada para su búsqueda”.
El hombre fue imputado ayer por “homicidio calificado” y tenía pedido de captura por la muerte de su ex mujer, Verónica Janet Pressón (34), quien fue encontrada ahorcada en su vivienda de barrio Tiro Federal .
“Olmedo fue encontrado colgado de un árbol en una zona descampada, a donde es muy difícil llegar. Fue hallado en un sector rural, cercano a La Paisanita”, agregó Barrera.
Causas. El comisario precisó que el hombre tenía “manchas de sangre en su ropa, por lo que se debe determinar ahora si se trata de la sangre” de su ex mujer.
Una de las hipótesis principales que manejan los investigadores, es que Olmedo se habría ahorcado luego de asesinar a Verónica.
La búsqueda del sujeto comenzó ayer, apenas conocido el crimen de la mujer. "El domingo Olmedo envío mensajes a sus amigos y por el contenido de los mismos se puede presumir que algo pensaba", agregó Barrera.
Se estima que el crimen habría sido originado por celos, ya que Pressón había iniciado una nueva relación amorosa con otro hombre. Fue su actual pareja quien la encontró sin vida.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
POLICIA DETENIDO POR LA MUERTE DE SU MUJER
Un suboficial de la Policía de Córdoba fue detenido ayer a la tarde luego de que los efectivos encontraran el cuerpo sin vida de su pareja, tirado en una habitación de una vivienda de barrio Parque San Vicente, en la ciudad de Córdoba.
Según confiaron altas fuentes policiales, el drama se conoció cerca de las 15.30 de ayer, cuando una joven llamó al 101 alertando que su madre, Edith Venegas (49), estaba muerta en la casa del primer piso del inmueble de calle Agustín Garzón 3922, en el límite de los barrios Mirador y Parque San Vicente, al sudeste de la capital provincial.
La joven había ido a ver a su madre, pero al no recibir respuesta de ella, rompió una ventana e ingresó a la planta alta, topándose con un cuadro desgarrador.
Tras recibir el desesperado llamado al 101, de inmediato se constituyeron en el lugar efectivos de la División Homicidios, que corroboraron que el cuerpo de la mujer presentaba golpes y hematomas en distintas partes del cuerpo, según precisaron fuentes cercanas a la investigación de este caso.
Minutos después, mientras los sabuesos se encontraban inspeccionando los distintos rincones de la casa, arribó la pareja de la mujer, el suboficial Juan Carlos Matos (46), quien tenía distintas lastimaduras en el cuerpo y vestía de civil.
El hombre, que cumple funciones en la Comisaría 1ª de la ciudad de Córdoba, quedó detenido y se investiga su participación en la muerte de la mujer.
Al parecer, antes de su fallecimiento, hubo una violenta discusión. Ahora, se investiga si la mujer murió víctima de un fuerte golpe en la cabeza o si sufrió un infarto, aunque las fuentes anoche se inclinaban por la primera hipótesis.
Versiones dispares. Antes de confirmarse la detención –que en un primer momento no había trascendido–, el comisario inspector Daniel Grigione, jefe del Distrito 5 de la Policía, había señalado que, prima facie, no se observaban signos de violencia ni de desorden en la vivienda, algo que luego fue desmentido por las fuentes ya mencionadas.
Trascendió que en la planta alta del inmueble habría faltado algo de dinero y otros objetos de valor, según la primera constatación que realizaron los pesquisas en el lugar.
De todos modos, los informantes aclararon que aún se debe investigar para corroborar de manera efectiva si falta algo de la vivienda.
“Etiología dudosa”. La muerte de Edith Venegas, por ahora, aparece caratulada como “muerte de etiología dudosa”, aunque no se descarta que en las próximas horas cambie a una figura penal más gravosa.
Según confiaron altas fuentes policiales, el drama se conoció cerca de las 15.30 de ayer, cuando una joven llamó al 101 alertando que su madre, Edith Venegas (49), estaba muerta en la casa del primer piso del inmueble de calle Agustín Garzón 3922, en el límite de los barrios Mirador y Parque San Vicente, al sudeste de la capital provincial.
La joven había ido a ver a su madre, pero al no recibir respuesta de ella, rompió una ventana e ingresó a la planta alta, topándose con un cuadro desgarrador.
Tras recibir el desesperado llamado al 101, de inmediato se constituyeron en el lugar efectivos de la División Homicidios, que corroboraron que el cuerpo de la mujer presentaba golpes y hematomas en distintas partes del cuerpo, según precisaron fuentes cercanas a la investigación de este caso.
Minutos después, mientras los sabuesos se encontraban inspeccionando los distintos rincones de la casa, arribó la pareja de la mujer, el suboficial Juan Carlos Matos (46), quien tenía distintas lastimaduras en el cuerpo y vestía de civil.
El hombre, que cumple funciones en la Comisaría 1ª de la ciudad de Córdoba, quedó detenido y se investiga su participación en la muerte de la mujer.
Al parecer, antes de su fallecimiento, hubo una violenta discusión. Ahora, se investiga si la mujer murió víctima de un fuerte golpe en la cabeza o si sufrió un infarto, aunque las fuentes anoche se inclinaban por la primera hipótesis.
Versiones dispares. Antes de confirmarse la detención –que en un primer momento no había trascendido–, el comisario inspector Daniel Grigione, jefe del Distrito 5 de la Policía, había señalado que, prima facie, no se observaban signos de violencia ni de desorden en la vivienda, algo que luego fue desmentido por las fuentes ya mencionadas.
Trascendió que en la planta alta del inmueble habría faltado algo de dinero y otros objetos de valor, según la primera constatación que realizaron los pesquisas en el lugar.
De todos modos, los informantes aclararon que aún se debe investigar para corroborar de manera efectiva si falta algo de la vivienda.
“Etiología dudosa”. La muerte de Edith Venegas, por ahora, aparece caratulada como “muerte de etiología dudosa”, aunque no se descarta que en las próximas horas cambie a una figura penal más gravosa.
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TOLERANCIA CERO
EXCELENTE CAMPAÑA DE AFICHES EN EL CENTRO DE LA CIUDAD
NO SOS HOMBRE
TOMA NOTA.....