
UN CASO CORDOBES ..PUBLICACION DE LA VOZ DEL
INTERIOR
Violencia de género / Embarazada baleada
Antes del alta, Marina hizo la denuncia
La joven herida por su pareja el sábado pasado abandonó ayer la Maternidad Provincial con su hija Morena en brazos.
Francisco PaneroDe nuestra Redacciónfpanero@lavozdelinterior.com.ar
Morena Guadalupe Gil, con sólo 4 días de vida, salió por primera vez a conocer el sol cordobés, desde su agitado nacimiento. La llevaba su mamá, Marina Yohana Gil, la chica de 20 años repuesta del balazo en el abdomen cuando el corazón de la beba latía en su panza. El alta en la Maternidad Provincial de barrio San Vicente se produjo ayer al mediodía, en medio de sonrisas y gestos de felicitación de la abuela, una amiga y varias mamás "colegas". Lejos de reflejar el trauma vivido y aún con una bala calibre 22 en su cuerpo, Marina mostraba satisfacción y serenidad con los mimos que le daba a su nueva hija, la hermanita del varón de 3. De salud, la mamá está muy bien y debe concurrir, más adelante, a que encuentren dónde se alojó la bala para poder extraerla. La joven ya no vivirá en la casilla en la que fue agredida, en la villa de la Cooperativa Los Eucaliptos. Desde ayer trata de iniciar una nueva etapa con la compañía de sus seres queridos, una numerosa familia extendida. Denuncia antes de salir. Parte de ese estado de serenidad tenía que ver con la decisión, ya firme, de denunciar al agresor, Martín Leyva (25), el novio que la maltrató y baleó dos veces en menos de 15 días. Felizmente, el agresor ya está detenido y se está reuniendo un interesante marco probatorio que podría mantenerlo en prisión durante varios años (ver Pruebas sólidas). Esta decisión resulta trascendente ya que el agresor venía maltratándola y amenazándola para que no hablara. Entre otros castigos que refieren sus familiares, aseguran que una vez le pegó una patada en la panza y le quitó el aire y debió ser auxiliada por una ambulancia. También, sostienen que la chica fue baleada 15 días antes del sábado, con un proyectil que aún lleva en su brazo. Ahora, tras ser herida en el abdomen y ser conducida de urgencia a la Maternidad para dar a luz a Morena, Marina se decidió a declarar. Los policías concurrieron al centro asistencial de barrio San Vicente el martes, una vez que a la chica le quitaron una sonda que le impedía hablar. Por lo visto, el coraje y el deseo de que todo se aclare pudo más que el miedo. Es que ella y otros familiares sostienen que fueron amenazados "desde la cárcel" diciéndoles que, si hablaban o hacían notas con la prensa, Leyva les iba a mandar a sus "amigos" para matarlos. Esto coincidiría con lo que sostienen policías que durante meses trataron de atrapar al hoy detenido, pero lograba evadirse porque amedrentaba a testigos y víctimas que nunca "lograban" reconocerlo. La abuela señaló ayer a este diario que ahora en su casa hay protección policial las 24 horas, un dato que luego fue confirmado por la Justicia. Dificultades. Pero para comenzar a transitar esta nueva etapa de su vida, lejos del lugar riesgoso donde fue agredida y en casa de familiares, Marina necesita de cierta ayuda. Comenta su madre (abuela de la criatura) que vivirán en un mismo hogar siete hijos, dos nietos, ella y su pareja. Por esto, están viendo de qué forma consiguen mejores comodidades porque en esa casa están hacinados. Además, solicitaron para la pequeña leche maternizada y una cuna, para que tenga un lugar donde dormir.
Antes del alta, Marina hizo la denuncia
La joven herida por su pareja el sábado pasado abandonó ayer la Maternidad Provincial con su hija Morena en brazos.
Francisco PaneroDe nuestra Redacciónfpanero@lavozdelinterior.com.ar
Morena Guadalupe Gil, con sólo 4 días de vida, salió por primera vez a conocer el sol cordobés, desde su agitado nacimiento. La llevaba su mamá, Marina Yohana Gil, la chica de 20 años repuesta del balazo en el abdomen cuando el corazón de la beba latía en su panza. El alta en la Maternidad Provincial de barrio San Vicente se produjo ayer al mediodía, en medio de sonrisas y gestos de felicitación de la abuela, una amiga y varias mamás "colegas". Lejos de reflejar el trauma vivido y aún con una bala calibre 22 en su cuerpo, Marina mostraba satisfacción y serenidad con los mimos que le daba a su nueva hija, la hermanita del varón de 3. De salud, la mamá está muy bien y debe concurrir, más adelante, a que encuentren dónde se alojó la bala para poder extraerla. La joven ya no vivirá en la casilla en la que fue agredida, en la villa de la Cooperativa Los Eucaliptos. Desde ayer trata de iniciar una nueva etapa con la compañía de sus seres queridos, una numerosa familia extendida. Denuncia antes de salir. Parte de ese estado de serenidad tenía que ver con la decisión, ya firme, de denunciar al agresor, Martín Leyva (25), el novio que la maltrató y baleó dos veces en menos de 15 días. Felizmente, el agresor ya está detenido y se está reuniendo un interesante marco probatorio que podría mantenerlo en prisión durante varios años (ver Pruebas sólidas). Esta decisión resulta trascendente ya que el agresor venía maltratándola y amenazándola para que no hablara. Entre otros castigos que refieren sus familiares, aseguran que una vez le pegó una patada en la panza y le quitó el aire y debió ser auxiliada por una ambulancia. También, sostienen que la chica fue baleada 15 días antes del sábado, con un proyectil que aún lleva en su brazo. Ahora, tras ser herida en el abdomen y ser conducida de urgencia a la Maternidad para dar a luz a Morena, Marina se decidió a declarar. Los policías concurrieron al centro asistencial de barrio San Vicente el martes, una vez que a la chica le quitaron una sonda que le impedía hablar. Por lo visto, el coraje y el deseo de que todo se aclare pudo más que el miedo. Es que ella y otros familiares sostienen que fueron amenazados "desde la cárcel" diciéndoles que, si hablaban o hacían notas con la prensa, Leyva les iba a mandar a sus "amigos" para matarlos. Esto coincidiría con lo que sostienen policías que durante meses trataron de atrapar al hoy detenido, pero lograba evadirse porque amedrentaba a testigos y víctimas que nunca "lograban" reconocerlo. La abuela señaló ayer a este diario que ahora en su casa hay protección policial las 24 horas, un dato que luego fue confirmado por la Justicia. Dificultades. Pero para comenzar a transitar esta nueva etapa de su vida, lejos del lugar riesgoso donde fue agredida y en casa de familiares, Marina necesita de cierta ayuda. Comenta su madre (abuela de la criatura) que vivirán en un mismo hogar siete hijos, dos nietos, ella y su pareja. Por esto, están viendo de qué forma consiguen mejores comodidades porque en esa casa están hacinados. Además, solicitaron para la pequeña leche maternizada y una cuna, para que tenga un lugar donde dormir.
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